Escuela y metodología
Realizando sus estudios en Cremona con el Maestro Massimo Negroni y como marchante de instrumentos antiguos, aprende a amar la liuteria Italiana de dónde saca sus modelos inspirados sobre todo en dos figuras, Niccolo Amati y Guarneri del Gesu, aunque no descartando otras figuras como Ornati o Bergonzi. Trabaja la construcción interna, como supuestamente los maestros Italianos del renacimiento, partiendo de un modelo interno que genera la forma y sobre el cual se pliegan los laterales del instrumento. Este tipo de construcción deja más margen expresivo al artesano frente a otros métodos como el de la forma externa. Sus estudios en física acústica y como técnico de sonido le llevan a inspeccionar física y mecánicamente los materiales con los que construye sus instrumentos sin descartar ningún tipo de ayuda tecnológica, sabiendo de antemano la elasticidad, resistencia, velocidad de transmisión y dispersión de sonido de la materia prima que será después trabajada totalmente a mano, evitando así roturas de la fibra de la madera, las transmisiones del sonido producidas por la violencia de las vibraciones de máquinas tanto industriales como de marquetería que aunque agilicen el proceso productivo bajan su calidad final. La calidad de los materiales sumado a una minuciosa distribución de los espesores de la madera utilizada en la fabricación de la tabla armónica y el fondo de los instrumentos, junto a un barniz artesanal de increíble elasticidad, es lo que dota a sus creaciones un timbre cálido y una potencia sonora muy elevada.
Maderas y barnices
A su disposición tiene arce de los Balcanes y abeto de val di fieme totalmente aislado de insectos xilófagos y de una media de 25 años de secado natural, lo que previene de grietas efectuadas por la rápida evaporación de agua que produce el secado rápido y artificial. La vital importancia de la materia prima en la elaboración de un instrumento acústico hace que todo el material utilizado sea de primerísima calidad y completamente analizado en la fase previa a la construcción. Además de su propia despensa de maderas secas de primera categoría, que no están a la venta, cuenta con stock de madera fresca o de pocos años de secado, así como piezas elaboradas para el montaje final de los instrumentos como son puentes, almas, clavijas, barbadas y botones. Los barnices utilizados en los instrumentos son de elaboración totalmente artesanal, producto de una tradición de más de tres siglos y concienzudos estudios físico químicos. Los ingredientes de los barnices son naturales y traídos frescos de su lugar de origen para conservar sus propiedades intactas, tales como la resina del pistacho de Kios (mastica), el Elemí, el Propóleo… Todos los colorantes utilizados para tintar estos barnices, y no presentes intrínsecamente en las recetas de los mismos, también son de origen natural, lo que proporciona tonalidades únicas alejadas drásticamente de los colores industriales. Utilizando el alcohol y trementina como solvente habitual en su producción de barnices también utiliza el aceite, sobre todo en copias de instrumentos clásicos cuyo acabado lo precise. A la hora de barnizar Nicolás Barba tiene predilección por los acabados antiguos y los barnices ocres.